Esta Habilidad Para Conocer, Comprender O Percibir Algo De Manera Clara E Inmediata, Sin La Intervención De La Razón.
A veces la escondemos, o no queremos escuchar realmente lo que nos dice o lo que nuestro cuerpo nos dice. Recuerdo dos ejemplos que me han servido de aprendizaje:
- Cuando estaba todavía en el mundo de la empresa y que esta intuición me diseñaba una misión de vida diferente al modelo de carrera profesional en el que estaba inmersa. Me daba miedo, pensaba que esta vocecita interna estaba un poco loca con sus sugerencias, le confrontaba 1000 argumentos racionales para no hacerle caso… hasta el punto de que la vocecita interna se pone a gritar y que no puedes hacer otra cosa que escucharla de verdad… y aquí es cuando empiezas a cambiar tu mirada, a considerar el mundo de otra manera, a pasar a la acción y a hacer finalmente lo que consideras como tu propósito. Y después piensas siempre “¿y por qué no lo he hecho antes?”. Es lo que llamamos el cambio de mirada en coaching y cuando por fin pasas a la acción, es cuando empiezan los milagros…
- Hace unos meses, me llamo un cliente para pedirme un taller con un equipo para energizarlos y recuperar su estado de animo ya que estaban muy estresados por un proyecto retador a punto de arrancar. En el momento de la llamada, mi vocecita interna me dijo enseguida que esto no era una buena idea, y mi experiencia en este tipo de proyecto me hacia decir lo mismo, que no era el momento adecuado y que seria incluso contraproducente. Hasta mi cuerpo me lo dijo, retorciéndose a nivel abdominal para alertarme. Pero no me atreví a decir que no. Entonces hice el taller… y no fue muy bien. Las personas estaban quemadas, no era el momento adecuado, tuvieron la sensación de perder el tiempo. Exactamente lo que había visto venir. Ha sido un gran aprendizaje para mí: si te piden algo y que tu no lo ves, no lo hagas. Escucha a tu intuición, sabe mucho más que tu razón.