Considero la curiosidad como una gran calidad. Mi hijo tiene mucha curiosidad y lo veo como una fortaleza que le va a servir toda la vida, para abrirse al mundo y a los otros, para descubrir, para observar, para asombrarse, para aprender.
Leí un articulo el otro día donde mencionaban la curiosidad como una nueva competencia clave que se empieza a pedir cada vez más en los candidatos. Me parece muy sensato, porque se trata de una habilidad que permite a un colaborador estar conectado, con los ojos, los oídos y el corazón abiertos, observando alrededor, nutriéndose de nuevas tendencias, aprendiendo en el camino.
Lo veo especialmente relevante en el caso de los managers. Porque la curiosidad en este caso reviste una capacidad de escucha y de empatía muy grande. Si uno tiene curiosidad de verdad, deja de pasar por el filtro de su propio ego, deja de lado sus opiniones y juicios y escucha de verdad al otro para entender sus necesidades, sus retos, sus dificultades o sus sueños. Lo encuentro muy potente para que un líder pueda acompañar a su equipo, desarrollarlos.